La crisis económica ha pasado factura al PSOE en España. El Partido Popular ha tenido una aplastante victoria en las elecciones municipales y autonómicas de ayer domingo. En total de votos, el PP obtuvo 8,474,031 votos (37.53%), mientras que el PSOE obtuvo 6,276,087 votos (27.79%). En las elecciones de 2007, la diferencia porcentual entre ambos partidos fue de 1% a favor del PP. Dicho de otra manera, el PSOE perdió en puestos claves y en votos. Un mal presagio para las elecciones generales de 2012 en las que, a menos que ocurra un hecho extraordinario, ganará la derecha.
En Estados Unidos, el Partido Demócrata sufrió una terrible derrota en las pasadas elecciones legislativas y estatales de noviembre. La crisis económica también le pasó factura, y votó por los republicanos. Sin embargo, los vaticinios apuntan que en las elecciones de 2012, el presidente Barack Obama será reelecto. ¿A que se debe este contraste? Dos derrotas sobre dos partidos progresistas, y sin embargo, uno, el PSOE, no tiene probabilidad de mantenerse en el poder, y el otro, el Partido Demócrata, tiene todas las posibilidades de continuar gobernando. Son, claro, dos países distintos, pero ambos afectados por la crisis.
Al margen de otras consideraciones, la actitud de los líderes de ambos partidos ha sido la clave. José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del gobierno español, no fue muy claro en sus mensajes sobre todo al comienzo de la crisis en el 2010. La negó varias veces, cuando ya el desempleo estaba impactando en toda España. Luego, vinieron los recortes de los programas sociales que afectaron a su base. Ni siquiera el anuncio de que no se presentaría a un nuevo período electoral, produjo impacto positivo ayer. Debo reconocer que Zapatero siempre da la cara, como lo hizo anoche. Por su parte, el presidente Barack Obama nunca negó la crisis. La enfrentó, y promovió varias reformas tendentes a estimular la economía, y lo ha ido logrando, manteniendo su base electoral.
También, el sistema parlamentario español hace que la política sea distinta a la del sistema presidencial americano. En España, el presidente del gobierno está más sometido a la confrontación directa con la oposición en el Parlamento que en Estados Unidos, en donde el Congreso ejerce un papel vital para el respeto a la separación de los poderes, pero no se expone a la carnicería que muchas veces ocurre en la política española. En Estados Unidos, la política es más cruda, pero no en los ambientes institucionales. Por otra parte, Obama tiene a su favor, que casi todos los presidentes americanos han ganado la reelección.
Finalmente, el PSOE ha librado una batalla electoral con dignidad. Ahora, tiene el reto de aprender de esta experiencia. Es una gran oportunidad para reencontrarse y renovarse, con respeto. Queda, aún, mucho camino por recorrer.
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