Apuntes de Orlando Jorge Mera

El ministro de Defensa de Estados Unidos, Chuck Hagel, «renunció» de su cargo el pasado lunes. Eso fue lo público. La verdad es que su renuncia fue solicitada por el presidente Barack Obama. Es la otra cara del poder. ¿Por qué Obama presionó para la renuncia? ¿Por qué Hagel nunca se acopló al equipo de Obama? El despido de Chuck Hagel.

Antes de su discurso sobre la política de migración:

Ayer, 22 de noviembre, se conmemoró el 51 aniversario del asesinato de John F. Kennedy. La mejor forma de recordarlo es leyendo sus mejores discursos: Palabras para el corazón y la razón.

Me encantó la música de fondo:

Que si gobernar, envejece. De eso, no hay dudas. Solo ver la primera foto que se tomó Abraham Lincoln como presidente en mayo de 1860 y ver su última foto, tomada en febrero de 1865, para entender y comprender que, fuese en el siglo XIX o fuese en el Siglo XXI, el poder agota a quien lo ejerce.

(Vía: Historical Pictures).

Pablo Iglesias fue electo ayer como primer Secretario General de «Podemos», organización que ha logrado romper con el bipartidismo en España. ¿Las razones? Invito a ver y escuchar su discurso:

Hay que poner atención sobre Iglesias y «Podemos». La corrupción, el hartazgo de la impunidad, la desigualdad y el desempleo son sus principales causales. La gente está cansada de más de lo mismo. Grandes oportunidades se vislumbran el camino para Iglesias. Veremos.

En su gira por Asia, el presidente Obama volvió a visitar la República de Myanmar (anteriormente Birmania), y como era de esperarse, visitó a Aung San Suu Kyi, en su residencia, símbolo de la lucha contra la dictadura militar. Fue un reencuentro de dos Premios Nobel, que lógicamente no tuvo el brillo de cuando se encontraron por primera vez en 2012. El encuentro de estos días fue importante, pero no trascedental, pues ambos líderes no están viviendo sus mejores momentos. De hecho, en el caso de Suu Kyi, ella ha venido perdiendo terreno en su popularidad. Fue en ese contexto, que se desarrolló la conferencia de prensa de ambos líderes:

Vladimir Putin violó una regla básica de la diplomacia. Nunca toques a la esposa del presidente. Menos, si es al presidente China. Las primeras damas se saludan y se conversan con ellas, pero nunca hacer lo que Putin hizo: colocarle una manta en medio de una actividad pública y en presencia de otros presidentes. La escena duró escasos segundos. Pero, Putin ganó todos los titulares. Esas son sus travesuras.

Parecería increíble que, en pleno siglo 21, mujeres sean encarceladas por no contraer matrimonio según la voluntad de sus padres. Es lo que ocurre en Afganistán donde mujeres, hijas de familia, son entregadas a otras familias para resolver disputas. «Mujeres encarceladas por amor»